Mitos e ideas erróneas sobre el autismo






Hace poco terminé de cursar un máster sobre Intervención en Trastornos del Espectro Autista (TEA), dentro de los contenidos de este máster se hablaba sobre los mitos e ideas erróneas que tienen muchas personas sobre el autismo, acerca de sus causas, sus manifestaciones y sus pronósticos. Estas falsas creencias promueven en los padres recién diagnosticados mucha incertidumbre y confusión, llevándolos, en muchos casos, a la desesperanza. En esta publicación se desmentirán algunos de los mitos más comunes entre la población en general.
  •          La falta de afecto es lo que provoca el trastorno. Esta creencia data de los inicios de las investigaciones del autismo. Leo Kanner, quien propuso esta teoría, señalaba que el trastorno era producto de una relación fría y poco afectuosa de los padres, específicamente de la madre (llamadas “madres nevera”). Posteriormente en 1954, él mismo desmintió esta teoría al comprobar que existían casos de hermanos de niños con autismo que carecían de los problemas para socializar.
  •           Las personas con autismo no se relacionan, tienen alterada la función del apego. Las personas con autismo no son desinteresadas en cuanto a relaciones interpersonales se refiere, todo lo contrario, lo que sucede es que presentan dificultades y carecen de herramientas y conocimientos para relacionarse adecuadamente. Muchas veces sus intentos son erróneos, provocando problemas de conducta. Sin embargo, con una buena intervención educativa y conductual, pueden lograr interactuar de forma mucho más adecuada y tener relaciones más funcionales y armoniosas con otros.
  •           El autismo se puede curar. De acuerdo a las investigaciones actuales, aún no se puede considerar el autismo como curable. Ciertamente, a través estrategias educativas, conductuales y sensoriales, así como el cotratamiento con diferentes terapias alternativas y tratamientos médicos y nutricionales se puede evidenciar una mejoría y avance significativo de sus habilidades.
  •           Las personas con autismo presentan discapacidad intelectual asociada o tienen una inteligencia por encima de la media. El diagnóstico de autismo no implica necesariamente la existencia de discapacidad intelectual o de talento superior. Si bien es cierto que existen casos que presentan discapacidad intelectual, existen otros que tienen un nivel intelectual normal o por encima de la media. Las personas con autismo pueden tener variados resultados en sus rangos de Coeficiente Intelectual, algunos pueden exhibir habilidades extraordinarias, aunque pueden presentar dificultades con los cambios de rutina, mantener una conversación, entre otras. Además, actualmente no existe una prueba de evaluación de la inteligencia que sea funcionalmente aplicable a personas con autismo, por lo que no se puede determinar con exactitud el nivel intelectual de las personas con el trastorno.
  •           Las personas con autismo son no verbales, nunca hablarán o no pueden hablar, aunque quisieran. Muchos niños con autismo poseen lenguaje y mejoran sus habilidades comunicativas por medio de intervenciones en terapia de lenguaje. Aquellos niños que, debido a la severidad del trastorno, no poseen lenguaje, son capaces de comunicarse de forma funcional a través de Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación (SAAC).
  •           El autismo se debe a la vacunación infantil. Entre los años 2000 y 2001, se realizaron tres revisiones de expertos, las cuales concluyeron de forma unánime que no existe asociación entre las vacunas y el autismo, de acuerdo a los datos disponibles en el momento de publicación de esa afirmación. En el año 2010, se realizó un estudio en donde se comparaba el historial de vacunación y el diagnóstico en 96 niños con autismo, en edades de 2 a 15 años y 192 niños en un grupo de control.  Los resultados aportados determinaron que, para los niños con autismo que recibieron una vacuna de Sarampión, Paperas y Rubéola (MMR por sus siglas en inglés) antes de ser diagnosticados, el riesgo de autismo fue menor que aquellos que no fueron vacunados. [1]
Como se puede observar, existen muchas creencias que no tienen base científica y que más bien la ciencia desmiente en relación al autismo. Es una realidad que el mundo del autismo sigue siendo de continuo descubrimiento, pero, en cualquier caso, si tiene alguna duda lo más recomendable es que un especialista en el tema, lo oriente.

Fuentes:
[1] Budzyn D, et al. El Diario de enfermedades infecciosas pediátricas. Vol. 29, No. 5 de mayo de 2010

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